En La Gran División empiezas cada ronda dividiendo tus cartas en dos grupos. Después, le pasas tu Cartera al jugador de tu izquierda. Eso sí, ten cuidado: solo uno de los dos grupos de cartas que has creado volverá a tus manos. Pero ¡que no cunda el pánico! Mientras que tu oponente decide cuál de tus grupos de cartas se quiere quedar, tú también recibes la Cartera del jugador de tu derecha, así que elige bien. Observa y analiza cuáles son las colecciones de tus oponentes para saber qué riquezas necesitan y así poder crear la oferta perfecta para empujarles a elegir lo que tú quieres que elijan… y quedarte con el botín más suculento.